Buñuelos de naranja (muy fáciles de hacer)

Los buñuelos son unos dulces fritos muy extendidos en la cocina mediterránea, aunque los más conocidos son los buñuelos de viento, hoy en día podemos encontrar recetas de buñuelos que incluyen frutas y verduras como la calabaza, el calabacín, la zanahoria y también la naranja, entre otros, tanto en versión dulces como saladas.

En esta ocasión os enseño a prepararlos de naranja, son muy fáciles de hacer, tiernos y esponjosos, durán varios días en perfecto estado.

Espero que os animéis a preparar estos riquísimos buñuelos de naranja, un dulce de cuaresma que no debes de dejar de probar!

Ingredientes:

250 grs. de harina de trigo.

100 grs. de azúcar.

1 yogur griego natural (sin azúcar).

3 huevos M.

1 naranja sin cáscara y sin semillas.

La ralladura de una naranja.

Una pizca de sal.

1 Cda. de aceite de oliva suave.

1 sobré de levadura química o polvos de hornear (16 gramos).

Aceite para freír.

Azúcar para rebosar los buñuelos.

Preparación:

Ponemos en un bol amplio los huevos, la naranja en trozos, la ralladura de naranja y la pizca de sal, trituramos con la batidora de brazo (minipimer) hasta obtener un puré liso y fino.

Añadimos el yogur, la cucharada de aceite y el azúcar, mezclamos con unas varillas manuales hasta integrarlos.

Mezclamos la harina con la levadura y tamizamos, agregamos a la mezcla la mitad y mezclamos hasta integrarla.

Seguidamente añadimos el resto de la harina y volvemos a mezclar hasta integrarla (tiene que quedar una masa consistente y espesa, si hace falta echamos un poco más de harina), dejamos reposar 10 minutos.

Ponemos un perol al fuego con abundante aceite para freír los buñuelos, cuando el aceite esté caliente, vamos añadiendo pequeñas cucharadas de masa (lo haremos con dos cucharas de postres, con una cogemos las porciones de masa y con la otra arrastramos la masa para que caiga en el aceite) la masa se irá inflando y subirá a la superficie, muchas veces se dan la vuelta ellos solos, pero aún así, cuando veamos los buñuelos dorados por un lado, le damos la vuelta para que se doren uniformemente.

Vamos retirando los buñuelos a un plato con papel absorbente de cocina, cuando estén tibios los rebosamos en abundante azúcar.

Y ya los tendremos listos para disfrutarlos.