Hace calor y siguen apeteciendo los helados, así que os enseño a hacer unos riquísimos helados tipo magnum de coco, con una crujiente cobertura de chocolate negro, por su sabor os recordará a las navideñas bolitas de coco, y si cambias la cobertura por chocolate blanco tendrás unos riquísimos helados tipo raffaello.
Es una receta muy fácil de elaborar, sin necesidad de usar heladera, simplemente echar la mezcla en unos moldes y al congelador y al día siguiente lo bañaremos en el chocolate.
Espero que os animéis a preparar estos deliciosos helados y os gusten tanto como a mí!
(Salen 16 helados, según el tamaño de los moldes que uses saldrán más o menos)
Ingredientes:
400 ml. de leche de coco (fría).
500 ml. de nata para montar o crema para batir muy fría (35% M.G).
100 grs. de coco rallado.
350 grs. de leche condensada.
Ingredientes para la cobertura:
400 grs. de chocolate negro para fundir.
90 grs. de aceite de coco o girasol.
60 grs. de almendras crudas o tostadas sin sal (picadas).
Preparación:
Mezclamos con unas varillas de manos la leche de coco junto con la leche condesada hasta integrarlas, añadimos el coco rallado y mezclamos hasta integrarlo.
Metemos en el congelador mientras seguimos con la receta.
Batimos la nata hasta que empiece a formar picos (la nata, el bol y las varillas tienen que estar muy fríos).
Agregamos la mezcla anterior y batimos hasta integrarla.
Rellenamos los moldes, insertamos los palitos y tapamos con papel film, metemos en el congelador un mínimo de 8 horas o hasta el día siguiente (en caso de no tener estos moldes, podemos utilizar vasitos desechables).
Preparación de la cobertura:
Ponemos el chocolate troceado en un bol y vertemos por encima el aceite, metemos en el microondas y calentamos en tandas de 30 segundos hasta que el chocolate se derretida y se integre con el aceite (dejamos templar).
Pasado el tiempo, añadimos las almendras picadas y mezclamos.
Vertemos el chocolate en un vaso alto, desmoldamos los helados y los vamos introduciendo en el chocolate, escurrimos un poco y los vamos poniendo sobre papel de horno mientras bañamos el resto.
Una vez los tengamos todos listos, los metemos en un recipiente con tapa o los envolvemos de uno en uno en papel film y metemos en el congelador hasta el momento de consumirlos.
